En estos años de crisis, las bodegas deciden aventurarse en la producción de este vino han pasado de 340 a 460
el sector del vino no está viviendo su mejor momento. En los tres años ha tenido que prescindir de casi 100.000 hectáreas de viñedo. Sin embargo, hay un segmento que se resiste a caer. Según el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, la extensión del viñedo ecológico se ha multiplicado por tres en los últimos dos años.
Aunque continúa siendo un segmento minoritario dentro del sector vitivinícola los datos hablan por sí solos y son muchas las bodegas que deciden aventurarse en la producción de vino ecológico. De hecho, en estos años de crisis han pasado de 340 a 460.
Este buen momento ha quedado reflejado en la II Feria del Vino Ecológico que se ha celebrado recientemente en Pamplona por donde han pasado representantes de 20 países interesados en importar este producto sano, natural y de calidad.
Mercado exterior
Y es que el vino ecológico tiene los ojos puestos más en el extranjero que en el propio país. En regiones como Navarra, a pesar de que los viñedos ecológicos ocupan tan sólo el 3,4% de la extensión total de vides, su exportación supone el 10% de todo el vino. «El mercado español está como está. Aquí no tiene la credibilidad que tiene en el mercado exterior», explica Edorta Lezaun, de Bodegas Lezaun y presidente de la Asociación Navarra de Empresas de Producción Ecológica.
Y la exportación está incrementándose a pesar de las dificultades que tiene esta producción a la hora de venderse en el exterior.
Terminología
En la actualidad la denominación «vino ecológico» no puede ser usada de manera oficial en el ámbito europeo siendo el término «vinos elaborados con uvas de cultivo ecológico» el que aparece en las botellas. Esta terminología hace referencia únicamente a la producción de la vid pero excluye aspectos importantes de la elaboración del vino ecológico como es la cantidad de sulfitos y cobre.
La producción de vino ecológico difiere bastante de la producción del vino normal. La producción ecológica prohíbe el uso de plaguicidas y fertilizantes de origen químico de síntesis. En su lugar se desarrollan diferentes prácticas alternativas para cumplir con las normas establecidas basadas en la fertilización con materiales de origen orgánico, como el compost, los abonos verdes y residuos de cosechas, entre otros, lo que, al mismo tiempo, puede suponer un beneficio para otros agricultores que pueden aprovechar lo que les sobra de sus producciones. Las plagas y enfermedades por medio de la adecuada nutrición de la planta, basada en el desarrollo de insectos y otros organismos beneficiosos para frenar o bloquear su proliferación. Se incrementa la diversidad dentro y alrededor del viñedo. Y también se controla el rendimiento de la vid para obtener frutos de calidad.
Mayor carga de trabajo
Esto puede suponer una mayor carga de trabajo, pero los beneficios van más allá del propio vino ya que se hace un esfuerzo por el mantenimiento del Medio Ambiente. Por este motivo, el tamaño de los viñedos suele ser más reducida que en el vino tradicional y se eligen variedades que se adapten lo más adecuadamente posible al terreno en el que se sitúan.
Pero el vino resultante es de magnífica calidad para los amantes del buen vino y con el cuidado y esmero tanto hacia el fruto de Baco como hacia el Medio Ambiente en general que hará las delicias de quienes apuestan por una producción sostenible y ecológica.
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