jueves, 26 de mayo de 2011

Llega el tiempo del GAZPACHO

El gazpacho, como la paella, es más que un plato, es una experiencia comunal. Es inútil hacer gazpacho para uno solo, siempre sale más del que buenamente puedas consumir antes de que pierda sus vitaminas o el ajo empiece a picar más de la cuenta. Así que, en este verano tórrido, pongámonos manos a la obra y démosle a la batidora con denuedo para hacer felices a nuestra familia y amigos.

Ingredientes (para cuatro personas): 4 ó 5 tomates grandes bastante maduros... Si son ecológicos o de una huerta que controlemos, mejor que mejor; este consejo también se puede aplicar con los siguientes paramentos: un pepino más pequeño que grande, un pimiento verde medianito (nosotros solemos utilizar la variedad "italiano": alargado), un diente de ajo grande, un trozo de pan duro con mucha miga, aceite, vinagre de vino o de manzana,agua fría y sal.
Para los tropezones: tomate, pepino y pimiento cortados en trozos muy pequeños. También se pueden freir dados de pan (picatostes o tostones).
A la marxeta:
Se lavan bien-bien los tomates, se pelan (no seamos zánganos, el gazpacho quedará mucho mejor si se pelan) y se cortan en trozos. Hacemos lo mismo con el pepino y el pimiento; es importante probar el pepino antes de batir las verduras, ya que si está amargo nos puede fastidiar el resultado final. Igualmente se pela y se pica el ajo. Mientras tanto, habremos tenido a remojo el cacho de pan para que se reblandeciera; cuando éste esté lo suficientemente blando se le quita la corteza y se escurre.
Se meten todos los ingredientes anteriores en el vaso de la batidora y se baten sin piedad pero sin rencor hasta que se conviertan en una pasta uniforme de color rojizo-anaranjado. Mientras batimos añadiremos un buen chorreón de aceite y otro de vinagre. Iremos probando hasta pillarle el punto a la sal.
Cuando tengamos la "pasta base" la echamos a un recipiente mayor y añadiremos abundante agua fresca (aquí ya depende del gusto del cuiner o la cuinera y de los comensales;los hay que prefieren el gazpacho más líquido y otros más cremoso). Volvemos a batir para que se mezcle bien el agua con la pasta y rectificamos nuevamente la sal.
Y he aquí el gazpacho. Sírvase muy frío y acompañado de tropezones. Vitaminas, fibra y frescor por un tubo.
El "toque": El gazpacho se hace en cada cocina de una manera. Nosotros no le echamos cebolla, pero mucha gente sí lo hace. Si se quiere dar un toque moruno al caldo y, además, combatir las repeticiones del ajo, pongámosle también un poco de comino en polvo: le va de perlas. Hay gente que le pone mayonesa, e incluso huevo, pero esas historias no se hacen en nuestros pueblos andaluces de referencia, de donde hemos tomado la receta tras árduos años de investigación.
La apetitosa herejía: aunque parezca raro, hacedlo un día para sorprender a propios y extraños: sustituid los tomates por sandía (previamente despepitada).

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